La conspiración de los coches híbridos
Relay | julio 29, 2009No es que esté en contra, toda mejora para evitar expulsar CO2 a la atmósfera y reducir la dependencia de los hidrocarburos me parece bien.
Pero me asalta la gran duda de los grandes avances en coches eléctricos. Dadas las tres tecnologías (electrico 100%, híbrido, y super-eléctricos -o también conocidos como híbridos en serie), la última pasa a ser la mejor en cuanto a eficiencia y costes. La primera es la menos aceptable en cuanto a adopción, y los fabricantes abogan por la segunda porque es la más balanceada para los usuarios (que no la menos cara).
Pensemos por un momento la situación de los eléctricos 100%: necesitas de un enchufe para cargarlos, amén que se establezcan los puntos de cambios de baterías (básicamente dejas el coche durante 1 minuto en una plataforma y un robot te cambia las baterías gastadas que están en la parte inferior del vehículo por otras cargadas al 100%). Esto que suena tan banal, es todo un impedimento del impacto que puedan ejercer este tipo de vehículos.
Las grandes poluciones se encuentran en las ciudades, donde ya de por si es complicado tener un parking por disponibilidad y precio, como para poder cargar eléctricamente el vehículo. No hay postes ni nada por el estilo, y no puedes meter el coche en tu casa (a menos que vivas en un barrio residencial, claro está… pero así ya no estás viviendo en una ciudad – Londres es la excepción que confirma la regla).
Dado ese punto, hay que ver el coste de la obtención del vehículo que, a día de hoy, se antoja carísimo. Si a esto, le sumamos que los que suelen tener ese poder económico viven fuera de la ciudad, en zonas residenciales o pueblos, también hay que tener en cuenta que estos son los que tienen mayor poder adquisitivo y pueden permitirse gastar dinero en gasolina como tal, así que el objetivo principal de este tipo de vehículos es inviable a corto plazo. La gente que vive en ciudades destina mucho dinero a su piso, y gracias si puede tener un medio de locomoción sea cual sea, pero prefiere comprar algo de gasolina, por los sitios de abastecimiento, que no un eléctrico 100% que no tiene donde enchufarlo.
Evidentemente, puedo comprarme un eléctrico si vivo en un pueblo, porque tengo garage donde poder enchufarlo por las noches, pero en los pueblos no suele haber problemas de polución. Esto refuerza mi punto de que el objetivo primordial no es asequible.
Los híbridos son otra cuestión de las grandes multinacionales del motor. Es algo entre medias, cuyos sistemas aprovechan mucho desperdicio de energía del propio coche en movimiento que antes se desperdiciaba. Estos, al llevar un motor eléctrico y otro de combustión, pueden hacerlos funcionar a la par para obtener mejores consumos y rendimientos. El ejemplo más claro es el Toyota Prius. Aún así, estos son bastante caros, y esconden el afan de lucro de las grandes marcas: siguen necesitando tracción de un motor grande que hay que construir. Si pasáramos directamente a los eléctricos, muchos fabricantes de motores deberían cerrar, pues ya no se necesitan motores de aleaciones varías y todo el I+D en eficiencia también se podría parar dado que no se necesitaría más: millones de empleos en todo el mundo, a la calle. ¿Seguís pensando que no hay conspiración al solo ver publicidad de híbridos?
Pasemos al caso bueno: los super-eléctricos. Este sector elimina el radical impedimento de los eléctricos puros: la autonomía. En el mejor de los casos, dicha autonomía se sitúa entre los 60 y los 100 km, por el tema de las baterías (que conlleva un peso extra en el vehículo que hay que arrastrar).
Los super-eléctricos abogan por un diseño diferente: la tracción que sufre el vehículo viene dada íntegramente por motores eléctricos (ya sea uno o varios, eso depende del fabricante y la adaptación que se escoja para cierto modelo). La energía se extrae de unas baterías, pero cuando estas están bajas de carga, el vehículo tiene un motor de combustión pequeño (como el de una scooter o una moto de conducción con carnet A1 o A) que se enciende a un ritmo constante (repito que no tracciona el vehículo directamente). Este motor acciona una dinamo para generar electricidad que se pasa a las baterías. Se supone que el motor tiene 2 rangos de acción: revoluciones moderadas, las cuales sirven para dar carga a las baterías; o alto rendimiento, que es cuando se tiene que abastecer a las baterías y a los motores eléctricos a la vez.
Esta idea tan simple, reduce de golpe todas las necesidades que muchos modelos han intentado: autonomía y eficiencia. El motor de combustión, al no tener que mover el vehículo, tiene rozamientos mínimos al solo tener que mover la dinamo. Esto incrementa la eficiencia del motor, dado que solo lo tenemos a unas revoluciones constantes y se alarga mucho la vida del motor. El gasto en gasolina pasa a ser ínfimo (muy poco), y se aprovecha la generación de electricidad… cuyos motores finales son los más eficientes que ha visto el ser humano hasta ahora. Aparte de realizar un diseño muy sencillo, aunque se combinen 2 técnicas como en los híbridos.
Aunque se aumenta el peso del vehículo por los motores eléctrico y las baterías, la verdad es que la potencia que pueden brindar los eléctricos es más constante y eficiente; podemos reducir el depósito de combustible a la mitad, dado que con 20-25 litros podríamos recorrer del orden de más de 1000 km (ojo, esta info es a tiro de piedra, no está contrastado con nada).
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